domingo, 8 de abril de 2018

Una herida que intenta sanar: Identificación soldados Malvinas


El pasado 2 de abril fue la fecha en que toda la Argentina recuerda a los Veteranos y Caídos en Malvinas. Un día extremadamente movilizante  para todos los argentinos. En la materia Proyecto de Investigación estamos justamente viendo la ciencia aplicada, es decir, la aplicación del conocimiento científico de una o varias áreas especializadas de la ciencia para resolver problemas prácticos. Por esta razón, nuestra profesora, nos introdujo al "EAAF" y su particular trabajo en Malvinas. 

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una organización científica, no gubernamental y sin fines de lucro que aplica las ciencias forenses -principalmente la antropología y arqueología forenses- a la investigación de violaciones a los derechos humanos en el mundo. El EAAF se formó en 1984 con el fin de investigar los casos de personas desaparecidas en Argentina durante la última dictadura militar (1976-1983). Actualmente, el equipo trabaja en Latinoamérica, África, Asia, Europa, y en las Islas Malvinas, junto con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), para la identificación de los soldados argentinos caídos en combate enterrados como N.N, allí en el cementerio Darwin.




Fotografías cortesía de Telam.


Sin embargo, de las 148 familias, algunas por motivos propias no han aportado su muestra de ADN. De todos modos, los análisis de todos los cuerpos sin identidad fueron realizados y están disponibles para que las familias puedan iniciar su identificación si en algún momento lo desean.

El proceso de identificación de las 123 tumbas comenzó el 19 de junio del pasado 2017. Al día de la fecha, se logró la identificación de 90 soldados que hasta ahora permanecían como cuerpos anónimos. Luis Fondebrider, director del equipo de EAAF, fue uno de los argentinos que viajó a las Islas Malvinas para realizar el trabajo y cuenta en detalle como fue realizado: 

“En el 2012, el gobierno nacional nos convoca a trabajar y comenzamos a entrevistar a familiares que aún no sabían en qué lugar estaba enterrado su hijo, su hermano, su padre. Fueron 107 familias las que prestaron su consentimiento, aportaron datos físicos de sus seres queridos y dieron muestras de ADN para el proceso de identificación. Luego de las negociaciones diplomáticas, en noviembre de 2016, se firma el proyecto entre Argentina y Reino Unido que determinó que la Cruz Roja Internacional iba a coordinar el equipo de trabajo. Finalmente, a mediados de junio del 2017 viajamos a las Islas un equipo de 14 profesionales, tres personas de Argentina, tres personas de Inglaterra y colegas de otros países convocados por la Cruz Roja”.    

“Trabajamos en 121 sepulturas que tenían la placa ´soldado argentino solo conocido por Dios`. Los cuerpos se analizaron desde el punto de vista multidisciplinario -porque aquí interviene la genética, la medicina, la odontología y la antropología-, se tomaron muestras y se volvieron a enterrar en cada sepultura.  Al mismo tiempo, en nuestro laboratorio de Córdoba, se compararon las muestras aportadas por las 107 familias junto con las muestras que tomamos de los cuerpos, y pudimos identificar a 90 soldados”.


Lograda la identificación, el 26 de marzo, los familiares de los 90 soldados identificados viajaron a Malvinas. Allí se realizó una emotiva ceremonia en la cual pudieron finalmente, 36 años después, rendir homenaje a sus seres queridos. El diario "La nación" publicó dos notas, una con fotos y otra con una grabación de la visita, lo que transmiten es inexplicable, no dejen de verlas. Además, realizó una mapa digital del cementerio Darwin donde se puede localizar a cada soldado con su respectivo nombre e información completa para que todos podamos conocer las caras de nuestros héroes.

 

No quiero dejar de mencionar otro gran ejemplo de ciencia aplicada, el de la fundación Abuelas de Plaza de Mayo, una organización no gubernamental de derechos humanos dedicada a la búsqueda de los niños desaparecidos junto con sus padres durante la dictadura en la Argentina. 

Para la década del 70, los análisis de sangre de paternidad ya eran utilizados. Sin embargo, las abuelas se vieron frente a un problema, ¿Cómo era posible realizarlo si los padres estaban desaparecidos? Debido a ello, debieron recurrir a la ayuda de profesionales. Las Abuelas visitaron academias y universidades y un grupo de investigadores, en los Estados Unidos, asumió el desafío de ayudarlas. Después de un año de intenso trabajo estadístico y matemático, los científicos lograron determinar el “índice de abuelidad” que garantizaba un 99,99 por ciento de eficacia en la determinación de parentesco, utilizándose por primera vez en 1984. 


Lograron así que la justicia lo incorporará como prueba y que, a mediados de los años 80, se impulsara la  creación de un banco para almacenar los perfiles genéticos y poder garantizar la identificación de sus nietos. Es así que el Congreso de la Nación creo por ley en 1987 el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG)que desde entonces se encarga de resolver la filiación de las niñas y niños apropiados durante la última dictadura.  

Además, solicitaron en aquel momento la asistencia del Sr. Eric Stover, entonces director del Programa de Ciencia y Derechos Humanos de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, Washington, DC). Entre los miembros de la delegación de la AAAS estaba el Dr. Clyde Snow, uno de los expertos más reconocidos mundialmente en antropología forense, quien no sólo participó en esto, sino que entrenó a los actuales miembros del EAAF y ayudó a la formación del mismo. Hoy en día, ambas organizaciones continuan involucradas ayudando a continuar la búsqueda.

En lo personal encuentro todo muy conmovedor, me llena de felicidad lo que se pudo llevar a cabo. El no poder saber quien era ese soldado enterrado ahí, es algo devastador e inhumano, ya que todos tienen el derecho a saber. Es por ello que no solo yo, pero todos los argentinos, estamos agradecidos por la labor de todos aquellos que participaron en hacerlo posible. Así, de alguna manera, se logra cerrar un ciclo y un poco la enorme herida que esta guerra dejó en nuestros corazones.





Fuentes consultadas:

El resto de las fuentes utilizadas han sido enlazadas en la publicación.

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