El sol, que es la fuente de luz del mundo, miró por la ventana mientras dormías en el huevito, y se dijo: "Esta niña es especial".
Entonces caminó por la sala y atravesó sin hacer ruido los juguetes de ule. Luego, se inclinó sobre ti con la mirada conquistadora y te dio con su reluciente luz en la cara. De ahí en adelante tus ojos fueron color miel y tus mejillas super tostadas; y por haberte iluminado durante varios minutos, se te quedaron para siempre las ganas de cocinar.
Al mismo tiempo, cuando el sol expresó su calor, todo tu cuarto se iluminó de un naranja fosforescente, de una llama fuerte; y toda esa luz viviente exclamó: "Estarás eternamente influida por mis rayos. Serás brillante y bella. Brillarás cuando felicidad alla; tu iluminación sera reflejada para todos: jóvenes, lindos, tristes, mayores, y humildes.
Y serás iluminada por quienes me iluminan, contenida por quienes me contienen. Serás la reina de los hombre de ojos marrones, a quienes ya iluminé, de los que son felices, de los niños, de ese perfume viejo y de los animales salvajes".
Y por todo eso, suertuda y amada niña, estoy aquí contigo buscando el reflejo de la maldad, de la furia y del veneno que mata.
Victoria R y Lola L
Excelelnte trabajo. Pusieron gran dedicación en rescribir cada párrafo y el resultado es esta admirable poesía.
ResponderEliminarMuy satisfactorio.